Quiero escribir, pero no sé qué es lo que voy a escribir. Es casi idéntico a la manera en que dibujo.
Estoy al borde de la alberca. No sé qué temperatura tiene el agua, no sé cuan profunda sea. En el pasado, me he arrodillado para sumergir un dedo. Medir el PH. Calcular la distancia del fondo. Abominable calculador. No más. Brinquemos pues. Sé que alguien me esperará afuera con una toalla, o tal vez con una ambulancia. Si es que salgo.
Últimamente no me gusta dormir. Me aleja del mundo que tanto me abruma, no quiero perderlo de vista un segundo.
Arcoiris de hemeroteca, flor de sodio. Ríos de semen. Chocolate blanco, miel de ozono. Hoy tampoco tengo color. Llueven gotas gordas.... llenas de nada.
Ella espía dentro de un cubo de origami, como quien no tiene prisa. Como quien tropieza con una piedra amable que se repite milagrosamente en el camino. Adentro del cubo hay arañas mágicas. Son mis manos tristes.
Los albañiles siguen construyendo cosas a ambos costados de la casa. Levantan paredes, martillan, verticalizan. El cielo del jardín se achica. Parece que nos hundimos en el suelo y la casa no se ha movido ni un centímetro.
Fechó mis cuadernos de dibujo. Puso un poco de orden en mi pasado.... viendo que no se le puede poner orden a mi presente. Y a veces, siento que mis dibujos es el único pasado que tengo. Llegamos al 35 y nos detuvimos. STOP. Quedan etiquetas sin usar (etiquetas azules), pero se acabaron los cuadernos (de todos los colores). Diez años, revisados, numerados, muy amados. Otro laberinto resuelto. Y adelante, caminantes.
Queda mucho por hacer. Y habrá que deshacer.
Salgo de la alberca. Soy friolento, tiemblo como siempre. Dicen que hay sol y pasto y cervezas en algún lado.
Estoy al borde de la alberca. No sé qué temperatura tiene el agua, no sé cuan profunda sea. En el pasado, me he arrodillado para sumergir un dedo. Medir el PH. Calcular la distancia del fondo. Abominable calculador. No más. Brinquemos pues. Sé que alguien me esperará afuera con una toalla, o tal vez con una ambulancia. Si es que salgo.
Últimamente no me gusta dormir. Me aleja del mundo que tanto me abruma, no quiero perderlo de vista un segundo.
Arcoiris de hemeroteca, flor de sodio. Ríos de semen. Chocolate blanco, miel de ozono. Hoy tampoco tengo color. Llueven gotas gordas.... llenas de nada.
Ella espía dentro de un cubo de origami, como quien no tiene prisa. Como quien tropieza con una piedra amable que se repite milagrosamente en el camino. Adentro del cubo hay arañas mágicas. Son mis manos tristes.
Los albañiles siguen construyendo cosas a ambos costados de la casa. Levantan paredes, martillan, verticalizan. El cielo del jardín se achica. Parece que nos hundimos en el suelo y la casa no se ha movido ni un centímetro.
Fechó mis cuadernos de dibujo. Puso un poco de orden en mi pasado.... viendo que no se le puede poner orden a mi presente. Y a veces, siento que mis dibujos es el único pasado que tengo. Llegamos al 35 y nos detuvimos. STOP. Quedan etiquetas sin usar (etiquetas azules), pero se acabaron los cuadernos (de todos los colores). Diez años, revisados, numerados, muy amados. Otro laberinto resuelto. Y adelante, caminantes.
Queda mucho por hacer. Y habrá que deshacer.
Salgo de la alberca. Soy friolento, tiemblo como siempre. Dicen que hay sol y pasto y cervezas en algún lado.