Conforme fui completando el mapa del experimento colectivo, descubrí varias cosas:
En primer lugar, vi que el resultado iba a ser una sopa de colores sin mayor sentido (4). En segundo lugar, noté que en sus coordenadas y en sus colores están contenidas sus personalidades. Y que cuando todas son combinadas, forman un simulacro cromático de la pequeña humanidad que representan. Y tercero, ¡que debía hacer algo al respecto! Esto es un artblog, no un paisaje estadístico. Por eso, puse a trabajar el seso:
Separé el resultado en colores naturales (1), colores fríos (2) y colores festivos (3). Y sólo entonces, apareció la belleza oculta detrás del caos… Sentí la vibración del milagro. ¿Ustedes que opinan?
Por cierto, los colores que cayeron en la misma coordenada fueron combinados. Para los photoshoperos: “multiply”. Para los demás: imaginen cuadritos de celofán uno encima de otro.
Querida Furtiva: Lamento que no alcanzaras a entrar en el juego. En disculpa, te ofrezco un deseo (vease el OTRO BLOG)
ReplyDeleteFue como jugar Submarino mezclado con Mastermind mezclado con Wucius Wong. :D
ReplyDeletecuántas cosas buenas e inspiradoras provoca su arte y lo mejor es que nos haces parte de él, el resultado totalmente disfrutable!
ReplyDeletePor cierto, gracias por la promesa =D
Y de acuerdo a mis coordenadas y el color yo soy...?
ReplyDeleteEspero tu respuesta Pato.
exelente ciberexperiencia de trabajo colectivo.
ReplyDeletemuchas gracias mister!
Ay no pues, que mucha gente festiva! jaja!
ReplyDeleteBonito resultado.
¡Charros, qué emoción!
ReplyDelete¡Al menos creo que por fin he legado algo a la humanidad!
Patto, y sí, me siento mejor que en mi casa, aquí me pelan más, jajaja, por lo que si algún día formas una secta de colores, invítame, ¡yo soy la ficha rosa!
Me gustó la de colores fríos. Verdadera magia, esto sí es arte comunal chingao!
ReplyDeleteAhora si me senti como en un mural Siqueiros!!
ReplyDeleteQuedó como el mapa de los amores, como el libro de las pérdidas, como el plano de las miradas que se pierden para siempre.
ReplyDeleteUna delicia, observarlo es igual de bueno que participar (¿o que no todo es casi que imaginario?)