Thursday, June 19, 2008

Sueño que sueño

Para Nadie, hermoso compañero

El final de la noche se aleja irremediablemente. La calle es azul y solitaria. Todas la ventanas están cerradas y alineadas como cuadros de piedra matemática. Una de ellas -la ventana más triste de todas- se abre lentamente. Rechina. Nadie la ha abierto en siglos. O tal vez se abre todas las noches para asesinarme mientras duermo. No lo sé.

Once dedos desnudos asoman del agujero y me invitan a entrar. Las piernas las siento débiles, pero me quieren llevar solas (¡gangrena de voluntad!) hacia el negro portal rectangular. Silenciadas las bisagras y abiertas las hojas de la ventana, mis piernas traicioneras me internan en el silencio amoratado de la nueva habitación. Adentro me espera alguien… Veo que los once dedos fueron producto de mi imaginación: resulta que ella no tiene manos. Su espalda está pegada con sangre a la silla, inmovilizándola. ¿Quién abrió la ventana? ¿Quién es esa bestia? ¿Cuál es el sentido de su sufrimiento? Su cara sin ojos me recuerda la imagen que vi en el espejo esta mañana.

Entreabro el sueño para borrar la pesadilla. Esta alucinación tiene una fina corteza: ahora es traslúcida y deja ver otra capa interior, más extraña que la otra. Qué hermosa cebolla negra.

Los pájaros sin cabeza se han levantado: chillan por un sol que no funciona correctamente; el astro está caminando dormido o está drogado de muerte. Tampoco conozco esa respuesta… Parece rodar por el horizonte como una moneda oxidada. Tiene los bordes deshechos, llena de lastimaduras el horizonte.

Una nueva capa no termina de ocultar el plomo astronómico. Todo es intermedio, todo es incómodo… La figura sufriente de la silla está más y más cerca de mí: huele a sangre jabonosa. Su espalda no puede despegarse del asiento. ¿Por qué yo estoy tan cerca? ¿Por qué yo sufro también por ella?

Debajo, sobre el suelo, aparece la siniestra semilla de la desesperación. Como un niño pequeño, la aplasto furiosamente con el pie para ver correr la pus. Cierro los ojos. La ventana se mueve lentamente como una boca. Saliva por la distancia como una flor excitada. Descubro un hilo de plata entre la figura de la silla y el hombre que sueña mientras escribe.

Detengo la marcha. Dejo de teclear. Prendo el ventilador y el cuarto comienza a girar lentamente. El suelo gime tristemente como una alfombra de abejas dormidas. De pronto, las columnas que sostienen esta recámara cobran nuevas formas: son brocas de taladro perforando la piel elástica del techo… Cebolla negra, ¿cuantas capas tienes?

“Alto. ¿No habías detenido la marcha?”, pregunta dulcemente la figura de la silla. El nudo que nos conecta se ha aflojado y las aves sin cabeza dejan de chillar. Con sorpresa descubro que los hechos se han deshecho: un sol saludable está clavado en la punta del cielo. Ella es una mujer con voz de mujer, cabellera de mujer, ojos de mujer, manos blancas de mujer. Diez dedos. Su espalda es hermosa y limpia. La sangre y la silla han desaparecido. La ventana es amplia, las nubes de leche me invitan a salir. El final de la noche ya no se aleja irremediablemente.

5 comments:

  1. Sueñas que sueñas y en el punto intermedio entre la letra y el recuerdo se transforman los objetos y los seres: la sombría vida doble de las cosas te delata la sonrisa, extraño cielo poblado de lunares que envenenan los lugares comunes, que destrozan las simplezas.

    El placer de la complicación sigue siendo tu vicio solitario más preciado.

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  2. F: El delicado arte de ahogarse en un vaso de agua de rosas, dirían algunos.

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  3. Rechina y rechina
    resoplar de viento
    marco raìdo
    girones en la oscuridad

    Sacar al pàjaro azul
    no daña
    almejas hay cerradas
    espectros atrapados
    todos los dìas sale el sol

    asì fue
    asì es
    ¿serà?

    bordes mellados
    hoja oxidada
    puñal en el hocico
    perro que no ladra

    uno se la rifa
    dos
    nada del otro lado
    tres
    todo vale

    anacoreta espinado

    puerto
    zicatela
    oaxaca

    olor a rosas
    al poniente

    OFZ

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  4. BTKS: nada del otro lado, nada en este. Supongo que habrá que permanecer en la rajadura de enmedio.

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  5. Querido Patric, increíbles textos. Y yo que creía que ya no había lugar para la poesía ;)
    Beso de la monera

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