La sed abre la puerta. Al centro de la recámara, hay un cuaderno y un cepillo de dientes. A un lado, algo que parece un lápiz de punta chata. Equipaje ligero sobre la silla; un café frío se muere sobre la mesa. Sin duda algo vivo habita este lugar.
Seguimos la línea de pasos, esa cobarde la ruta que se desprende. Al fondo, en la pared de la ventana, la sorpresa nos provoca un poco de miedo. Detrás de la cortina púrpura se dibuja una silueta y dos pies asoman por abajo.
Tamalitos!
ReplyDeleteEntro de prisa, me llevo el café, huyo hacia el microondas más cercano.
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Dibujas muy bien también con palabras, Patto.
abrazote!
que suerte que volviste, te extrañaba. El café frío hace mal a la panza !!
ReplyDeletegracias, un vaso de limonada helada
ReplyDeleteconcuerdo en que se te extraña betteo! espero ver mas entradas tuyas por aqui :3
ReplyDeleteLa sed abre la puerta, la saciedad cierra los ojos... Y el dibujo del cuaderno no aparece por ningún lado...
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